jueves, 27 de enero de 2011

Imagino II


Las tormentas de la incertidumbre habrían cesado y un viento fresco empujaría las pesadas nubes dejando en su lugar la luz distante de un sol de Noviembre.

Caminando por las calles grises de una ciudad de recuerdos, acompaño mis reflexiones con una buena dosis de tabaco en pipa, fumo y encuentro paz en una tarde agradable para recorrer las céntricas calles colmadas de escaparates.

Mi paz se desvanece al descubrir una extraña silueta empeñada en alcanzarme apresuradamente y en un acostumbrado arrebato de paranoia aumento la velocidad de mi caminar sin encontrar la divina calma. Algo en mi interior se desmorona.

Con el afán de descubrir al persecutor me ayudo del reflejo de los enormes vidrios de los escaparates, detectando con el rabillo del ojo cualquier característica importante de aquel misterioso persecutor. Sin embargo me lleno de terror al distinguir en aquel personaje mi propia silueta encorvada envuelta en un saco gris Oxford. Trato de no creerlo pero es indudable ese que veo soy yo; aquel joven de 20 años, tez blanca, mirada misteriosa y postura antiestética que reflejo por décadas el temor de un futuro incierto. Ese reflejo soy yo, indudablemente imitado por un diabólico ser jovial que pose mi rostro y ademanes. En shock continuo observando aun con cierta incredulidad la forma en que me imita, ese andar de grandes zancadas, con las manos en los bolsillos y la cabeza baja, exhalando grandes bocanadas de humo, apretando una pipa entre los labios, unos labios, carnosos y frescos llenos de pasión que otorgar, pero marchitándose por tu desamor.

Ya notablemente alterado continuo mi andar a un paso mas veloz doblando la esquina con el objeto de encontrar descanso en el habitual café anticuado que acostumbro frecuentar. Tomo asiento en una mesita que domina el panorama y observo en el reflejo la boina que cubre mi calvicie, los ojos tristes, las profundas arrugas de mi rostro y el humo espeso del tabaco. Recobro el aliento y la calma.

He recuperado los años y dejado atrás el miedo.

Imagino

Echando andar todos mis sentidos logro crear tu perfil logrando desafiar el tiempo y el espacio. Puedo cerrar los ojos e invocar tu cuerpo con las imperfecciones obtenidas de dos años de ajetreos, con tres o quizá cuatro kilos de mas y una cadera ancha en vías de tomar mayor robustez heredando las formas de tu madre. Sin olvidar tus largas y hermosas piernas blancas y torneadas las cuales me estrechaban con obsesión cuando tus besos me invitaban a hundirme con pasión dentro de ti; es mas, aun recuerdo la mortal fuerza que ejercían sobre mi cuello al momento del éxtasis.

Gasto mis dias tristes en elaborar una exhaustiva autoevaluación y deduzco que todo mi ser continua enganchado de aquella joven de mirada inocente, de cuerpo frágil, de escultural cintura y pubis de terciopelo. Conservo fielmente en mi recuerdo la dulzura de sus ojos miel al mirarme con el interés otorgado a un Soberano, recuerdo el tacto de su piel tersa, blanca y el calor emanado de aquel delicado cuerpo lleno de placer. Aun hoy me inunda el fresco olor a Jazmines que impregnó nuestros desnudos cuerpos al hacer el amor…………. Todo esto y mas persiste en mi recuerdo conservándote inalterable dentro del frágil cristal de mi memoria.



miércoles, 26 de enero de 2011

Memoria inmediata



Las palabras han brotado a cuentagotas, emergiendo como pequeños círculos de musgo en medio del desierto mas desolado del planeta. Es triste mirar hacia atrás y ver que surgen innumerables preguntas, es entonces que hace acto de presencia la obligada cuestión iluminada con letras de neón; ese ¿por qué? de sabor agridulce. Por que a pesar de que ha pasado el tiempo han desaparecido innumerables fantasmas y a su vez he preservado bastantes. A caso ¿sigue presente la herida de la traición?. Posiblemente si, pero a su vez se ha despertado un enorme interés por sumergirme en las frías aguas salinas del mar del dolor.



martes, 5 de octubre de 2010

El vago y el Bisturí


Cubriendo mi identidad viajo en el tren metropolitano rodeado de vagos y parias sociales que emiten olor a alcohol, solventes, limón y orina. No siento la mas minima lastima ni el menor temor posible por esos débiles consumidos por los narcóticos, por el contrario en mi interior surge un hambre de cocerlos a puñaladas con el fin de escuchar sus sollozos y sus inaudibles palabras de dolor de aquellos labios hambrientos de solventes baratos.

Continuo sumergido en mi lectura de Murakami, totalmente consiente de que mi pinta es distinta, que mis rasgos lastiman como hierro fundido a aquellos sucios y desarrapados vagos de mierda que me miran con interés y cierto morbo al imaginarme repleto de plata. Únicamente cargo la Blackberry, 250 pesos y una tarjeta de debito que los muy mierda seguro no saben para que carajo sirven.

Observo de reojo a uno de ellos. Sostiene un limón en la mano y tiene la cara desgastada por el sol y la mala alimentación; se a la perfección que las drogas no lo ayudan muy bien e hilvanó en mi cerebro que el crack le tiene muy maltratada la piel. Sin embargo lo que mas me llama la atención es esa puta mirada fija que tiene sobre mi, eso me causa cierta provocación ya que intuyo que el tipo me quiere rebanar con una navaja por tan solo una blackberry y 250 pesos. Es un miserable.

Recobro la paciencia y continuo leyendo los románticos y filosos fragmentos de Tokio Blues, me abstraigo de la suciedad exterior hasta que nuevamente ese pesado olor a vago me hace volver a mirar a aquel mierdero criminal de vagón.

Llegamos a una estación vacía, son casi las once con veinte de la noche y prefiero apagar mis ansias por rajarle el cráneo a aquel cerdo vago hediondo. Clavo los ojos en la lectura de Murakami y me encuentro con la calida y asquerosa palabra “ te extraño”. Aquel pasaje del texto me hace añorar tanto la presencia de aquella chica de piernas delgadas con sabor dulce, ese color blanco y perfecto que entonaba con su cabello negro, imagino su pequeño cuerpo envuelto en mis brazos, abro los ojos y me encuentro en la realidad, es decir solo y rodeado de mierda.

Detecto una mezcla de sentimientos con lo cual mi cuerpo se ejecta de aquel asiento tibio de color verde, En mano porto mi escalpelo plata que brilla seguramente dentro de mi sudadera Hilfilger como una estrella lejana en una galaxia obscura y distante. Las puertas se abren como un gran coño de puta que busca placer y me introducen a un estado intermedio, en el que solo detecto una estación gris y desierta como un paisaje surrealista, para inmediatamente dar un brinco al interior del vagón que antecede al mismo en el que viajaba. En segundos me introduzco al siguiente tren guiado por una especie de impulso que me evita sacarle el corazón a ese sucio vagabundo de cagada. Tomo asiento y veo las palabras de esta novela tan narrativa que Murakami escribió unas décadas atrás.

Se que algo no anda bien y reviso a mi alrededor. Dos novios se comen a besos, ellos no me incomodan al contrario su calidez me da paz . Observo los grandes muslos de la chica y me inundo de un deseo descomunal de hacerle un cunnilingus a aquella joven que devora a besos a su pareja. Mis ansias no se apagan, algo me sigue incomodando, giro la cabeza y detecto al mismo cerdo vagabundo supongo siguiéndome con el fin de arrancarme la plata que porto. Me carcajeo con descaro en su cara, lo observo enardecido y mi mano sujeta con fuerzas el mango del bisturí que porto en la bolsa de la Hilfilger azul , mis labios se mueven y emiten unas palabras indescifrables. Ese cerdo me observa de frente y huye como un pequeño cordero herido al rincón mas lejano de aquel vagón de aspecto repugnante.

Me apeo de aquel tren naranja que se dirige erecto hacia la obscuridad de la noche. Continuo mi camino con rumbo al enlace con la línea rosa que atraviesa la ciudad como un tajo quirúrgicamente trazado, justo por en medio, desde el centro hasta el oriente.

Abordo el tren de aquella línea rara y me encuentro con dos lesbianas. Una de ella de cara simpática y pies hermosos. Aquellos lagos y blancos pies bien cuidados logran excitarme. Fijo la mirada en aquella zorra desviada y consigo que clave la vista en mi, la sostiene por unos cuantos segundo, detecto cierto interés que se desvanece con las palabras de la machorra gorda que le acompaña cuyo pelo embadurnado en gel me invita a decapitarla de inmediato y ofrecerle su cráneo a aquella lesbiana de hermosos pies.

Esta noche me he contenido en derramar sangre …………..no es broma.

jueves, 18 de febrero de 2010

La Fragilidad como disfraz


Como una débil presa, caminaba con temor ajustando la tableada falda del uniforme escolar; con torpeza sus largas piernas blancas agilizaban su paso por las avenidas de una Ciudad en proceso de descomposición. Las calles parecían no bastar ante el ágil andar de Valentina, cuya perfeccion sobresalía de entre la inmundicia urbana y la precariedad de las caras largas por el estrés post laboral.

Su pelo negro se alborotaba con aquel viento terco que levanta bolsas plásticas y lleva olores nauseabundos.
Esa tarde lucia particularmente hermosa. Aquellos ojos que evidencian cierto misterio encerrado en inocencia pura parecían emitir un brillo particular con la luz del sol.

-¿Puede alguien imaginar que su fragilidad es un disfraz?-.
No lo creo.

A distancia miraba con afán voyeurista el efecto hipnótico que causaba su belleza entre la jauría de hombres deseosos por sexo convencional. Con un retorcido placer, alimenté por un momento mi deseo con la mirada de aquellos individuos cuyas caderas seguramente buscarían agitarse por un orgasmo dentro de esa pequeña ninfa.

Por un momento promulgue en secreto la creencia en la pureza de su inocencia, pero en contraparte descubrí una fina marca en mi piel advirtiendo pertenencia. Sumamente extasiado recuerdo haber recorrido aquellos rasguños en mi piel. Al descubrir mis cicatrices, casi por instinto surgió en mi interior la pregunta que aun me excita_ ¿A caso cualquiera de estas monsergas con pito se imaginaria que ella profesa las "filias"?.

En realidad dudo que siquiera hayan notado por lo estrecho de esa falda la particular figura de la Pietro Beretta calibre 9mm con la que una noche de Mayo artísticamente plasmó una surreal mancha roja en la pared blanca de aquel pequeño departamento que olía a coladera.

Aun recuerdo que resbalábamos con los pedazos de cerebro que habían caído al piso.

Esa misma noche tras volar cráneos pasamos al Apolo a tomar unas malteadas y despues compramos un gramo de chocolates obscuros en un Sanborn´s que devoramos sentados en la banqueta. En medio de la charla y sus risas redescubrí su inocente mirada que provoco una reacción química en mi cerebro orillandome a pensar en el arma ceñida a su cintura, en el metal tan cerca de esa hermosa piel y las malditas ralladuras del cromo con el algodon de sus ajustadas hotpants Victoria Secret´s.


domingo, 14 de febrero de 2010

Dicotomía de San Valentin

Desde pequeño observe al mundo desde dos dimensiones distintas. Mi percepción no bastó a pesar de mi corta edad en basarme en observar al mundo bajo parámetros tan cortos como el bien y el mal. Por el contrario el tremendo impulso por ir mas alla me obligo en cuestionar absolutamente todo gracias a un plus ultra en la observación, que mas que descubrir el trasfondo de una acción correcta o incorrecta o moralmente canonizada, me orillo en generar la capacidad por contemplar la realidad y la apariencia.
Hoy tras meses de una relativa pasividad en mis capacidades, diezmadas por el dolor de la hipocresía, puse en marcha la temible maquinaria de contemplación a la realidad; solo basto con fijar mi vista y concentrar la pureza de un pensamiento claro y poderoso, algo así como una luz filosofal. La imagen que conllevo a que la química de mi cerebro activara esa serie de pensamientos puros fue mágica, o al menos yo la considero así bajo un ambiente falso y plastificado como un 14 de Febrero dentro de un restaurante de Ciudad de México, donde cientos de comensales consideran el día mas propicio para demostrar cariño con un estupido plástico relleno de helio, cartas con palabras falsas y forzadas, sonrisas fingidas que ocultan el frío engaño del desamor y la costumbre.
Fastidiado de la felicidad momentánea que inundaba el lugar, preferí admirar a través de la ventana la vista hacia el oriente de la ciudad encontrando edificios viejos de color gris y el constante transito aéreo con rumbo hacia el aeropuerto local; por un resquicio entre el espacio urbano, se coló la imagen del hermoso cielo del atardecer cuyo poderoso color azul comenzaba apagarse, sin aun lograrlo ante la incandescencia de dos grandes nubes que se tornaban centelleantes ante los últimos reflejos del sol, esta hermosa vista coronaba la imagen de la mujer madura que en brazos arrullaba a una pequeña niña morena que cansada de los juegos matutinos de un típico domingo, opto por tumbarse en el regazo de su madre. La mujer ocupada de ambas manos al maniobrar con una docena de globos de todo tipo y con figuras estúpidas como vacas con ojos enormes, corazones de anatomia erronea y frases tan patéticas; parecía turnar los do polos de su cerebro en arrullar a su pequeña hija y mantener los globos alejados del árbol de ramas amenazantes.

En cuestión de segundos observe esa pequeña imagen de realidad. Encontrando el amor en las calles, observando la ternura con que miraba el dormir de su pequeña hija. Esos ojos cerrados que seguramente le inspiraban tranquilidad y a la vez le impulsaban a seguir adelante en la venta de hipocresía (globos) para asegurar el alimento de mañana. Esos brazos con el impulso del amor recobraban fuerzas de todo el desgaste de una vida complicada para dar paz al sueño de la pequeña. Cansada de mantener las manos inmóviles asiendo el hilo de aquellas porquerías y fastidiada de estar bajo el sol toda la tarde, era aun mas perceptible observar la preocupación ante la amenaza de la noche que anunciaba el fin del día de San Valentin, que tal vez fue tan esperado por aquella madre de familia para permitirse de alguna forma el lujo de ganarse unos pesos de mas para aquella chica que dormía en sus brazos.

Ese era mi vision frente a la realidad, el verdadero amor se nota a pesar de estar dividido por un vidrio y un mundo de distancia ante esa mujer y yo. Solo que ella estaba incerta dentro de su propio mundo de verdadero amor, yo a pesar de estar feliz estaba rodeado de hipocrecia ajena y ruidosa.............. ese no es amor. Al menos no lo es sin una mirada asi, como la mirada de los padres al hijo.

viernes, 25 de septiembre de 2009

Es ahora tan tarde¡¡¡¡¡¡¡¡



Es difícil en ocasiones asimilar la realidad cuando se arroja salvajemente contra nosotros, como una fiera hambrienta no repara en tumbarte al piso con gran fuerza hasta despedazarte y encontrar en las entrañas un sabor particular. Así metafóricamente comienzo a dilucidar acerca de este caminar imparable del tiempo que obliga a reflexionar sobre el antes y el ahora, sobre el minuto, el segundo y la hora que se fue y lo que con ello se lleva. Los recuerdos, las risas, los llantos, el olor a un amor-amistad-u/o-vinculo inseparable que transmuta en odio, el odio que se convierte en rabia y la rabia que lentamente se hace un habito. Una vida llena de rabia alimentada por la brutal realidad, si , esa brutal realidad que a Mishima le quito el sueño y despues la vida al lamentarse por un premio Nobel robado y el honor de su país como jerga.
En mi caso es lo mismo, dosis de realidad-brutal suministrada diariamente, en pequeñas cantidades por hipodérmicas agujas de hipocresía y demás mierdoso convencionalismo propio de la adultez.

Esta tarde gris es aderezada por el lejano olor a humedad, ese que anuncia la próxima lluvia que colmara las calles de charcos que se evaporaran. Copa en mano me dirijo a un gigante ventanal que muestra las fauces de la ciudad que por un momento siento me devora entero, con todo y mi estúpido y ridículo smoking negro. Se que sudo y me preocupa estropearme el maldito pelo, carta de presentación de un buen diplomático que frente a una comitiva de simios maniquíes bien vestidos y que frunciendo hasta el ultimo músculo para aparentar una correcta postura, miran inquisitivos a cualquier individuo con una postura incorrecta, un cabello fuera de lugar, una camisa mal planchada. Posiblemente es la segunda copa de tinto que ingiero y su sabor me calma un poco, la razón la desconozco, sin embargo es mi único consuelo frente a este nido de porquería en el que estoy inserto.

Escucho uno cuarteto de cuerdas a lo lejos que queda opacado casi por completo por los murmullos y las platicas acerca de política, economía y tonterías de ese calibre. Son adultos que carecen de cualquier tipo de sentido común, dejandose llevar por platicas que enaltecen con opiniones supuestamente convincentes, compitiendo intelectualmente por un premio insipido: su ego.
Prefiriendo un rincón un tanto aislado donde encuentro a una pequeña fémina de piernas largas y zapatos de tacón obscuro, llevo mi tensión al limite al observar que estas personas se arrinconan para perfeccionar sus ademanes y corregir cualquier ridiculez que invite a la sangrienta critica de estas harpias del Servicio Exterior. Contemplando el nerviosismo que le causa comer frente a estas hienas, refuto en mi interior el desprecio por esta casta de abortos de la burgesa dictadura del protocolo.

Al encontrarme encerrado en una minuscula esfera de vacuidad la cual me arrincona al poco explorable agujero de los recuerdos, comienzo sin darme cuenta a urgar en ellos para rescatar lo mas apropiado; tal como si reciclara de la basura,saco provecho de lo mas valioso de entre ese cumulo de porqueria oculta en un lugar dentro de mi ser. Poseido por estos demonios del pasado, camino sin rumbo hasta que mis ojos encuentran un espacio dentro de aquella esfera decolorada y descompuesta; una pequeña puerta conduce hasta una sala diminuta cuya enorme ventana invita a una salida a otra dimensión y como automata me dirijo a un pequeño balcon que esta totalmente vacio frente a aquel monstruoso espejo urbano. Allí me planto a pesar de la bravura del viento que escupe su tufillo citadino tan común por la noche en esta grandisima metropoli donde cada ventana, cada puerta alberga una historia.

Logro ignorar todo incluso mi agitada respiración para darme el lujo de agasajarme del pasado encontrandome como un ser totalmente desconocido, ajeno al modelo de persona que aspiro hoy ser; en pocas palabras me recuerdo nuevamente feliz con tan poco, ausente de complicaciones, lleno de sonrisas, placeres y una embriagante atmosfera en donde yo me encontraba rodeado de una infantil sinceridad y un cumulo de opciones tentadoras desperdiciadas por un desconocido temor.
Sorprendido por las graves pero tal vez insignificantes diferencias, boto totalmente cabreado la copa que contiene un fino Malbec, cae dos pisos abajo posiblemente sobre ese maldito color gris que uniforma las aceras.
Totalmente perplejo por mis garrafales y consecutivos errores me doy cuenta que el modo de vida mas pueril es aquel que esta lleno de remordimientos, de cuentas pendientes, atestado de inquietudes apagadas por el caudal de putos temores que me asediaron sin piedad dias, meses o tal vez años.

Es ahora tan tarde¡¡¡¡ repito en voz alta, escuchando mi voz temblando anunciando un rarisimo episodio de desesperanza. Sin embargo en mi interior una voz me incita avistar un halo de ilusión que alumbra mis tinieblas; su luz me obliga a creer en que aun hay tiempo de hacer algo para rescatar todo. Y repito la formula en mi interior: Aun hay tiempo ¡¡¡¡
Un rayo tasajea la ciudad como un mal hecho y vulgar corte de navaja . Su atronador sonido me exaspera mas, cayendo en un delirio acerca de esa jodida situación que trato de remediar.
La soga que tiro a aquel agujero profundo busca llegar al fondo y ser halado desesperadamente por un ser desconocido que espera en tinieblas ser sacado de aquel olvido, salir de aquel permanente estado de inactividad y ocupar nuevamente un espacio vital en mi mente. Ese personaje real que por mi indiferencia enterré vivo hace unos años y permanece tal vez acorralado y sentado en cuclillas esperando este glorioso y heroico momento.

Como poseso, tomo mi teléfono celular y con dedos torpes busco en mi agenda a aquellos contactos de letra A, encontrando su breve pero complicado numero al cual inmediatamente marco mientras escucho mis propios latidos como un bombo de una vieja banda de jazz.
Su nombre de tres letras es coronado por una n, la cual da vida, resucita al par de letras "a" que casi poéticamente marcan el inicio y el fin de ese nombre adecuadamente seleccionado para esa chica de ojos expresivos que adornan un hipnótico rostro angelical e inocente.
El planeta entero parece paralizarse por completo mientras espero conteste alguien ese maldito teléfono de color desconocido. Por cada timbre mi ser se llena de un sádico placer, un extraño dolor que a su vez se convierte en una embriagadora ilusión por encontrar nuevamente sus dulces palabras que solo eran mías hace un par de años y sin lugar a dudas podían tranquilizarme.
Por fin sus delicados labios emiten esa rigurosa y empolvada palabra: Diga?. ...
Nervioso le saludo disfrazando mi voz llena de dudas en la de un chico seguro de si mismo. Ella responde con gusto, lo cual me asegura que es posible que esa cuerda se tense, que nuestros vínculos vuelvan a adherirse, que nuestros mundos vuelvan a tener un pequeño punto de union y esto al combinarlo todo me forma una ridícula sonrisa en el rostro. Puedo sentir que mis músculos se tensan provocando ciertas molestias por aquel gesto de felicidad.
Ella no para de hablar mientras pongo atención a cada detalle al otro lado de la linea. Se que camina con tacones altos sobre parquet de madera, que escucha la CNN noticias debido a la inigualable voz de Carmen Aristegui que logra colarse por el teléfono; ademas escucho que bebe agua y que conserva la costumbre de cenar una manzana para conservar la linea, camina sin parar entrando, creo a la cocina, pasando al lado de la lava loza o tal vez de una maquina de café. Ella continua sumamente entusiasmada por mi llamada y me pregunta por mi desempeño laboral, por mi madre, los planes mutuos que compartíamos hace un par de años y por aquella cursilona correspondencia virtual que solíamos llevar, sin olvidar la añeja fantasía de viajar a la Vegas y disfrutar del típico placer nocturno avivado por lo prohibido ente dos amigos que se atraen. Su voz es muy baja mientras revive los recuerdos de la planeada aventura a Nevada que jamas llego a concertarse; comenta acerca de lo genial que hubiese sido y me lo repite como una oración, tan bajo que no puedo distinguirlo. De repente se detiene y me acribilla toda ilusión al mencionarme que es hora de colgar, una cena con su marido le impide continuar charlando. Y por lo tanto le impide fantasear por lo que algún día pudo ser. Se despide calurosamente y cuelga el teléfono.

Yo, devastado compruebo que no tiene sentido haber arrojado la soga para rescatar lo que mi orgullo y una particular insensibilidad habían abandonado de forma cruel. Sin mucho esfuerzo descubro que murió desde hace mucho tiempo atras todo aquello que fue y seguramente pudo ser . Con elocuencia se perfectamente que al dejarlo alli arrumbado, totalmente desamparado nuestro vinculo feneció ahogado por el incesante paso del tiempo. Su cariño murió y se descompuso, siendo solo cenizas lo que algún día sentimos.


Sin mas que hacer, entro nuevamente al circo de la realidad.