La Muerte del Doctor Zamitiz

El Viernes 18 de Junio de 1965, un profundo misterio rodeaba la muerte del Doctor Ruben Zamitiz Bonilla de 32 años quien fue encontrado en el interior de su lujoso automóvil con un tiro en el temporal derecho.

Bajo la investigación del Servicio Secreto de la policía capitalina, se corroboro con la viuda Rosario Portillo de Zamitiz quien decía ignorar las numerosas infidelidades del medico a quien se le conocían variadas aventuras. Este hecho, hizo suponer a las autoridades, que un crimen pasional era el eje de la investigación, suponiendo que una mujer fue la ejecutora del arma que asesino al galeno. Sin embargo el caso comenzó a complicarse al recolectar una gran cantidad de evidencia, la cual hacia suponer otros móviles ya que al momento de recoger el cadáver, fueron localizadas entre sus pertenencias una gran cantidad de credenciales e insignias de las que alguien no hubiera necesitado para trabajar de forma legal. Incluso en las manos tenia al morir algunas medicinas que se utilizaban hacia 35 años para realizar legrados.

La policía descarto la posibilidad de que hubiese sido el mismo quien se disparo, ya que existían detalles numerosos que hacían suponer que el occiso, homeópata de profesión, fue asesinado y abandonado en el lugar de los hechos.

El cadáver fue encontrado el día 17 a primeras horas de la mañana poco después de las siete horas, en la parte izquierda del asiento delantero del vehículo, el cual se encontraba estacionado en la calle de Cerezas, casi esquina con Tejocote, en la muy conocida colonia del Valle. El cadáver, elegantemente vestido con un traje a rayas delgadas, camisa blanca, corbata obscura, zapatos y calcetines de buena calidad. Ademas llevaba un reloj fino de oro con calendografo, yugo, mancuernillas, pisacorbata de plata y un anillo de oro blanco con amatista.El doctor tenia la cabeza ligeramente flexionada hacia el cristal y había escurrimiento de sangre en el rostro, camisa, saco y pantalón asi como en el respaldo del asiento, lo que hacia suponer por lógica sobre un suicidio o una agresión mortal.

La bala: calibre . 22 dato recabado por los peritos

En la mano derecha, Zamitiz aprisionaba un frasco lleno de pastillas para abortos. Cabe hacer la observacion que el frasco lo tenia aprisionado con poca fuerza (como si este hubiese sido colocado). Mientras que la mano izquierda la tenia libre, cayendo pos su propio peso.

Si la teoría de las manos se tomaba en cuenta, era imposible suponer un suicidio y si un crimen.

El cuerpo, al ser revisado en el anfiteatro, encontraron de entre sus pertenencias un recibo del banco de Comercio con monto de 27 mil pesos, una funda de pistola manchada de sangre, un destapador, un billete de lotería y una tarjeta.

Identificaciones falsas

Un testigo de la calle tejocote, afirmo que arribo a su hogar alrededor de las 00:30 hrs y vio un Ford Galaxie 62 aparcado frente al numero 47 de Cerezas. En el interior no observo nada sospechoso , ni se percato quienes estaban en el interior del vehiculo. Otros vecinos tambien dijeron no darse cuenta de nada ya que no se escucho ningun sonido de detonacion. Fue hasta que un transeunte se percato que en el interior del auto Ford, con vidrios polarizados, se encontraba una persona herida o muerta.

En las pesquisas, el tío del occiso afirmo que el medico tenia numerosas amantes las cuales frecuentaba en horas laborales, ademas proporciono los datos del consultorio ubicado en el Estado de México, donde daba consultas cada miércoles. Respecto al arma de fuego que portaba el Doctor, manifestó que "era necesaria al estar dentro de la carrera de un puesto político".

La investigación llevo a las autoridades hasta el Biólogo del IPN Emilio Garcia Sastrè quien manifestó que el auto era de su propiedad. A este hombre las autoridades le encontraron culpable de accionar el arma y disparar en contra de su amigo. Ademas la policía le tildo de homosexual, al mantener una relacion sentimental con el occiso, sin embargo el caso dio un giro y se determino que la ultima mujer que vio al Medico Zamitiz fue la verdadera culpable.

Maria Magdalena Mendoza de Arias, fue a Santa Anita con el occiso supuestamente a visitar a amistades. Se determino que la mujer acciono el arma por celos, al descubrir Zamitiz con un par de jóvenes.

impacto en el cráneo del Doctor Zamitiz